sábado, 14 de noviembre de 2015

Breviario premiado, #José Luis Nogales



Título: Breviario premiado
Autor: José Luis Nogales
Editorial: Luhu
Páginas: 98
Formato: Ebook y tapa blanda 
Precio: 6.00€ (ebook), 12.00€ (tapa blanda)



Este volumen reúne los relatos premiados, en distintas partes del país, 
durante el año 2014, por el escritor José luis Nogales. 


Aviso: esta reseña me va a quedar muy corta, pero, al ser un libro de relatos, a poco que diga de cada uno, he hecho un spoiler impresionante, así que trataré de aportar la vista más general posible. 

La verdad, se lee rápido. 

Es un libro muy cortito (no supera las cien páginas) y, al ser historias breves, te acabas una sin perder el hilo de un tirón y te empuja directamente a la siguiente. Esto, sumado a la manera de escribir tan personal del autor, hace que el libro tenga un carácter especial. Así lo llamaría yo. Es una antología con un encanto muy particular. No podría describir cómo está escrita, porque en cada relato usa una voz un poco diferente. Por ejemplo, en el primero es un poco brusca, muy marcada por la frustración del narrador, pero va cambiando conforme avanzan las distintas historias a una narrativa más distanciada, fría y descriptiva. Esto, a mi parecer, le da más agilidad al libro. Hace que no te quedes atrás en un relato.

Los temas de cada uno de los relatos varían por completo. Siempre tratan algo profundo y con alguna que otra reflexión que te hace pensar. El primero, Cayo yermo del olvido trata el tema del Alzheimer. El segundo, habla sobre un pueblo afectado por la guerra. El tercero, sobre el amor. EL cuarto, que me llamó especialmente la atención, habla sobre cuando Goya retrató a Cayetana. El quinto habla sobre la historia de un padre y de una hija, sobre cómo ésta lo admira, ciega a lo que realmente hace él cuando desaparece los domingos. Y, el último, trata el tema del suicidio, del sentimiento de depresión y el fracaso.

Como he dicho, cada relato te aporta algo. Es una lectura, no diría fresca, pero sí reflexiva. Si te apetece algo diferente te lo recomiendo. No es lo más ligero del mundo, ni de estos libros que te hagan desaparecer del mundo y de su realidad, sino que te transportan más a ella. La mayor pega que le podría poner es que, a veces, la narración busca tanto una estructura perfecta que sabe a plástico. Muchas veces ves una frase tan formal que no te llega a transmitir un verdadero sentimiento. 



<<La vida no es más que un campo de cultivo de inesperadas paradojas>>


<<No supe agregar el llanto al dolor por su muerte, sin duda,
porque ocurrió un domingo, aunque todos vieron la pena en mis 
ojos hinchados y enrojecidos>>. 


<<Ella no fue consciente de su muerte. Él no fue consciente de que 
seguía viviendo>>.




Unos relatos para reflexionar


lunes, 2 de noviembre de 2015

¡Ganadores sorteo + relato halloweeniano!

Antes de decir los ganadores: muchas gracias a todos por participar.
Era la primera vez que hacía un sorteo y me daba miedo que no participara nadie, pero todo ha ido chachi pistachi :)

Las dos ganadoras son... ¡Midnight readings (nacional) y Cami Shinzo (internacional)!







Ya me he puesto en contacto con las dos para hacer entrega de los prestigiosos galardones (los dos libros) y agradecerles la participación :)
Siento por todos los que no habéis ganado, pero no os preocupéis, habrá más oportunidades. ¡Esto no se va a quedar aquí, ja!

También quería enseñaros un pequeño escrito con el que he colaborado en el blog Una puerta hacia mundos de papel y que creo que os puede gustar.

¡Un beso y gracias!




Todos hemos oído cosas. A todos nos han sucedido cosas. Soy la primera que cae en el escepticismo más absoluto cuando se habla de fantasmas, monstruos y entes similares que catalogamos de "PARANORMALES". Aun así, sé admitir que en algunas ocasiones lo que ocurre no tiene ninguna explicación científica. Al menos aparente.
A mi familia siempre le ha gustado la parapsicología. Me han contado muchas experiencias, desde que se rompa el vaso en plena ouija hasta que se aparezca el espíritu de Jonh Lennon (cabe decir que esta invocación se produjo con un par de copitas de más).
Pero no voy a contar esto, aunque me podría tirar bastante rato. Me parece que todos hemos escuchado demasiadas historias sobre fantasmas que nos entran por un oído y nos salen por otro. Parece que la "energía" inexplicable que rodea nuestro mundo sólo se manifiesta cuando hay velas negras y cruces invertidas, y no es así. Ni siquiera tiene por qué ser mala.
A mi padre le salvó la vida. En dos ocasiones.
La primera fue cuando estaba haciendo la mili, allá por el Neolítico Superior. Una noche como podía ser otra cualquiera le informaron de que le tocaba hacer guardia. Para quien no lo sepa, eso significa, básicamente, pasarse toda la noche con un fusil echado al hombro en la garita del cuartel. Un coñazo, vamos. No era la primera que lo hacía, pero esta vez no le apetecía. Y no es que no le apeteciera por vagancia o algo por el estilo. Sino que tenía una sensación como "de que no". Así que hizo encaje de bolillos para cambiarle el turno a un compañero. Éste aceptó tomarle el puesto a cambio de que le devolviera el favor.
Esa noche sonó un disparo.
Hubo una especie de pelea justo cuando el hombre que estaba relevando a mi padre hacía guardia. Esa pelea acabó en un estúpido cachondeo de "¡Ay! ¡Que hago como que me disparo!". Muy gracioso hasta que se apretó el gatillo de verdad. Con el cañón dirigido al cráneo.
La segunda fue menos glamurosa.
Iba conduciendo por una autopista, de noche. Había bastante tráfico porque era sábado o algo por el estilo. Iba con unos amigos en el coche, de buen rollo, de regreso a casa. Delante de ellos había un coche tipo todoterreno. Mi padre se sabía el camino de sobra. Lo había hecho más de una vez, y se conocía cada salida, cada curva, a la perfección. Aun así, volvió a tener una sensación.
Todo sucedió muy rápido. Tomó un desvío que sabía que no era, ni siquiera había que desviarse en todo el camino. Y, justo cuando sus amigos le empezaron a gritar que qué mierda hacía, el coche que habían tenido detrás suyo metió un acelerón y tuvo un accidente bastante bestial con el todoterreno.
Un accidente que habría tenido él de no haber tomado el desvío.
Sé que parece ciencia ficción. Y podéis no creerme. Yo, sinceramente, no lo haría, así de claro lo digo. Pero os puedo asegurar, aunque no toméis mi palabra, que estas cosas sucedieron. Y más hechos así. Conozco el caso de una mujer que, hace bastantes años, prácticamente desde la boda con su actual exmarido, la alianza comenzó a hacerle una marca que le escocía en el dedo. ¿Alergia? Quizá. ¿Extraño teniendo en cuenta que tenía más joyas con la misma aleación? Mucho. ¿Todavía más extraño sabiendo que, a pesar de que se quitó el anillo, la marca seguía? Sí.
La marca no se fue hasta poco después de divorciarse, cuando ya llevaba dos meses sin el anillo.
Aquí ya no estamos hablando de un presentimiento;. Estamos hablando de una marca. Una marca que vio ella, que vieron sus padres y que vieron sus amigos. Todos corroboran la misma historia. Y no, no es el caso de una auténtica desconocida del que he oído hablar. La conozco a ella y conozco a los testigos.
¿Casualidades? ¿Mentiras?
Sólo os puedo dar un consejo: sed escépticos. No creáis en fantasmas. No os creáis cuentos de Halloween. No hagáis ouijas. No invoquéis ningún espíritu.
Pero estad atentos. Porque toda casualidad tiene un límite. Porque toda mentira tiene una verdad.
Y, ante todo, feliz Halloween.
 
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